Nuestra Culturabarra

 

Hace 4.000 años, en la Edad del Bronce, se desarrolló en La Mancha una cultura propia, la cultura de las morras y motillas manchegas, de las que existen numerosos asentamientos en humedales y montañas. Mucho más tarde, floreció en la zona la cultura íbera (siglos VI-I a.C.), muy influenciada originariamente por los pueblos del Mediterráneo Oriental; griegos y cartagineses. Tras las Guerras Púnicas y la conquista de Hispania por Roma, pasamos a ser parte del Imperio Romano y una de sus provincias más prósperas. En el s. V d.C. pasaron por aquí los pueblos germánicos, concretamente los visigodos, para dar paso a la invasión árabe, pueblo que permaneció más de cinco siglos en tierras manchegas, dejando una huella profunda en el lenguaje y la toponimia. Tras la reconquista, se incorporaron estas tierras al reino cristiano de Castilla.

Todas estas civilizaciones y culturas que han pasado por la Península Ibérica han conformado un sustrato cultural que hunde sus raíces miles de años en la historia.

Hasta los años 50 y 60, la mayor parte de la población de la región vivía en pueblos y aldeas, siguiendo el estilo de vida agrícola y ganadero que se mantuvo vigente durante siglos. La mecanización del campo supuso la pérdida de trabajo para gran parte de los campesinos y muleros que tuvieron que emigrar a grandes ciudades como Madrid, Valencia o Barcelona para trabajar e incluso al extranjero. La mejora de las condiciones de vida a partir de los años 60 y los cambios sociales se ha ido traduciendo también en un despoblamiento de las zonas rurales, que en las zonas de montaña mantienen una población bastante envejecida.

Como en otras regiones mediterráneas, en La Mancha tiene gran importancia la familia, manteniéndose vínculos estrechos entre padres e hijos. Es muy importante la convivencia. Los bares son el centro de la vida social en el mundo rural. Lugares muy frecuentados y bulliciosos, normalmente se habla bastante alto y se bebe despacio. Lo habitual es beber vino o cerveza, generalmente con alguna tapa, las aceitunas son muy habituales. Las bebidas fuertes se dejan para después de la comida. Emborracharse se considera un error. Hasta hace unos años, no era habitual que las mujeres entraran a los bares, hoy es algo frecuente.

Los hombres se saludan, en general, dándose con fuerza la mano, si son familia cercana, a veces también con dos besos. Entre dos mujeres, cuando se presentan o saludan, se suelen dar un beso en cada mejilla, igual que ocurre cuando se saludan un hombre y una mujer que se conocen. En circunstancias más formales, cuando nos presentan una mujer, se le da la mano, sin apretar.

Las faenas agrícolas marcan el ritmo de vida en el campo, la vendimia en zonas vitícolas o la recolección de la aceituna. Hasta la mecanización del campo, la siega y los trabajos del cereal ocupaban mucho tiempo para los agricultores. La ganadería más importante es la de oveja, existiendo incluso una raza propia, la oveja manchega. En las casas de los pueblos, las mujeres suelen mantener algunas gallinas para suministrar huevos para la casa. Es también habitual el consumo de carne de conejo y son muy apreciados los caracoles, las setas y los espárragos silvestres.

Una tradición muy importante es la matanza del cerdo. Cada familia engordaba uno o varios cerdos que se sacrificaban a comienzos del invierno para elaborar embutidos y jamones. La misma matanza es una fiesta familiar y de convivencia, con ritos y platos propios.

En verano se vive en la calle, aunque después de comer, el intenso calor aconseja echarse una siesta y descansar hasta la tarde, momento en que las calles cobran nuevamente vida. En los pueblos es habitual salir “a tomar el fresco” en la calle durante las noches de verano, compartiendo conversación y algún refresco con vecinos y familia. La gente se acuesta muy tarde. No es raro cenar a las 10 o las 11 de la noche. Las fiestas populares son más habituales en verano, son muy frecuentes los bailes al aire libre (verbenas) y en las sierras de Segura y Alcaraz los encierros con toros o vaquillas.

Fechas importantes en el calendario festivo son:

Reyes Magos (6 de enero). Dejan los regalos a los niños

La Candelaria (2 de febrero). Se hacen hogueras en muchas localidades

Semana Santa. Se hacen procesiones con imágenes religiosas y se mantiene una gastronomía propia.

San Isidro (15 de mayo). Fiesta agrícola muy importante en el mundo rural

San Juan (24 de junio). Hogueras y procesiones de antorchas

En agosto hay fiestas en casi todos los pueblos

Día de los Santos (1 de noviembre). En este día se visitan los cementerios.

Nochebuena (24 de diciembre)

Navidad (25 de diciembre)

Nochevieja (31 de diciembre). El año se despide con una gran cena y comiendo 12 uvas.